divendres, 4 de desembre del 2015

Don Suárez

    Otoño. El sol sale lentamente despertándose. Una perdiz canta desde la primera hora de la mañana. La hierba se libra de su fría escarcha. Es un día muy helado de otoño, aunque sale el sol.
    Antaño un esbelto hombre vivía en un pueblo marginado de gente al lado de un boliche .  Si entrarás en su casa verías que todas las cosas que tenía estaban hechas de madera y también encontrarías un montón de recovecos cubiertos por una cobija.
El hombre se llamaba Suárez, alrededor de su casa tenía un maravilloso bosque. Su casa se situaba al lado de un campo en el que había mucha alforja.  Ese día tan maravilloso Suárez se fue de casa llevándose un zurrón con comida. Cerró la puerta y se fue. Andando, en frente, vio una albufera en la que crecían un tipo de plantas llamadas claveles y gencianas.
Cerca había un río que caía de arriba como si fuera un tabique que llevaba mucha agua. El río tenía un color azul como el azul del cielo. Suárez  se quedó ilusionado de lo que vio. No sabía que había tanta naturaleza al lado de su casa. El hombre estaba muy cansado, descansó un rato a la sombra de un gran árbol. Comió un poco de lo que llevaba en su zurrón.  Se durmió y soñó que unos ladrones invadieron su casa y que le rompían su ganzúa. Los ladrones descubrieron los recovecos cubiertos por una cobija.  Allí vieron su ropa de pirata y sus cartas de amor cuando era joven y ellos creían que el viejecito tenía muchos dineros.  Suárez se despertó de su maldito sueño. Temblaba, y espantado se fue corriendo hasta su casa.  No le importaba por donde corría,corría por el medio de las alforjas.
    Era de noche.  Llegó  a casa y su sueño no era verdad. Todo estaba en su sitio, como lo dejó:" Bueno , mañana iré de nuevo a ver las maravillas que tengo al lado de mi casa. Ahora dormiré "

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